Paseando por el Buerdos de la UNESCO

El monumento presume desde lo alto de sus 43 metros en la plaza más grande de Europa. A pesar de su nombre, el monumento a los Girondins no se erigió en honor al famoso equipo de fútbol bordelés. Fue construido entre 1894 y 1902 para rendir homenaje a los diputados girondinos, víctimas del Terror. En lo alto de la columna se alza la estatua de la Libertad rompiendo sus cadenas, y actualmente puede verse desde diferentes puntos de la ciudad. A los pies de la columna, otras esculturas y fuentes de bronce ofrecen un alto refrescante en los días de calor. Esta obra bordelesa, declarada monumento histórico en 2011, es una de las más fotografiadas. 

Contempla este antiguo palacete, situado a unos pasos de la place des Quinconces. ¿Te recuerda a algo? Diseñado por el arquitecto Victor Louis y construido en 1789, el edificio tiene forma de proa de barco, como si quisiera saludar al cercano océano. Si has estado en Nueva York, seguramente también te recuerde al famoso Edificio Flatiron. Antaño fue un cine y la primera sucursal de Citroën en la ciudad. Hoy en día se ha convertido en toda una institución de Burdeos. Desde 1948, alberga la Sede del Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos y un bar de vinos en la planta baja.

A un tiro de piedra de la maison Gobineau, el Gran Teatro presenta una vez más el saber hacer del arquitecto Victor Louis. Inaugurado en 1790, este templo del espectáculo es tan majestuoso por dentro como por fuera. Fue declarado monumento histórico en 1899 y es la sede de la Ópera Nacional de Burdeos. Si levantas la vista podrás contemplar el pórtico con doce estatuas de piedra (9 musas y 3 diosas: Minerva, Venus y Juno). El pórtico ya sienta las bases antes de adentrarnos en su interior. No dudes en traspasar la puerta para admirar la magnífica escalinata, que sirvió de inspiración al arquitecto de la Ópera Garnier de París. 

El paseo continúa por la place du Chapelet con la iglesia de Notre-Dame, que antes se llamaba Saint-Dominique. Construida en el estilo barroco característico de la Contrarreforma, fue declarada monumento histórico en 1908, así como la caja del órgano, en 1971. La iglesia se terminó de construir en 1707 y, a pesar de sus tres siglos, se conserva intacta gracias a la completa renovación que realizó el departamento de Monumentos Históricos en 1982. Si bien en su interior se celebran conciertos habitualmente por su excepcional acústica, el exterior no se queda atrás con su plaza, que ha servido de escenario para muchas películas de aquella época.

He aquí una construcción que da ganas de escuchar tras las puertas. Aún mejor: ¡que permite entrar a la nueva plaza Gambetta por la puerta grande! Reconstruida por Michel Voisin entre 1748 y 1753, fue la puerta de entrada occidental de la ciudad desde la época romana. Bajo el reinado de Luis XV tomó el nombre de puerta Dauphine en honor al delfín y futuro rey Luis XVI. Liberada de sus obligaciones reales, actualmente preside el comienzo (o el final) de la calle del mismo nombre, y durante todo el día es contemplada por los lugareños y visitantes. Fue declarada monumento histórico en 1921.

Los lujosos salones del palais Rohan, construido entre 1771 y 1784, han visto pasar a la alta sociedad. Fue palacio arzobispal en 1784, sede departamental, sede del tribunal revolucionario en 1791, prefectura de Gironda en 1800, palacio imperial de Napoleón Bonaparte en 1808 y residencia real en 1815 bajo el reinado de Luis XVIII. Este elegante edificio continuó su brillante carrera al convertirse en 1837 en el ayuntamiento de Burdeos. De estilo neoclásico monumental, el palacio goza de una doble protección como monumento histórico desde 1997: el palacio y su patio de honor son monumentos inscritos y varias salas de la planta baja, fachadas y techumbres son monumentos clasificados. 

Vecina del palacio Rohan, la catedral de Saint-André también recibió a ilustres personajes en su época. La lista es larga, pero este lugar de culto destaca por haber sido elegido para celebrar dos bodas reales: la de Leonor de Aquitania y el futuro rey Luis VII, y la de Ana de Austria con Luis XIII. Construida desde el siglo XII hasta el XVI, la catedral de estilo gótico alberga una de las cajas de órgano más grandes de Francia (15 metros), declarada monumento histórico. A unos metros de la plaza, la torre Pey Berland (un campanario construido en el siglo XV) vela por la ciudad desde sus 66 metros de altura. Ofrece unas vistas panorámicas únicas si se tiene el valor de subir las 233 escaleras que llevan a lo alto. 

Érase una vez Aquitania, una magnífica región del sudoeste de Francia. Para conocer toda su historia de forma lúdica, basta con comprar una entrada para el museo de Aquitania. Situado a un paso del casco histórico, este lugar narra la historia de Burdeos y su región desde la prehistoria hasta nuestros días. Además de la colección permanente, que reúne unas 70 000 piezas, las exposiciones temporales ofrecen una visión diferente de lo que actualmente conocemos como Nueva Aquitania.  

Tal vez quieras lanzar las campanas al vuelo cuando veas el histórico campanario de la ciudad. La llamada Grosse Cloche (Gran Campana) suena 6 veces al año en fechas especiales: 1 y 8 de mayo, 14 de julio, 28 de agosto, 11 de noviembre y el primer domingo de cada mes a mediodía. La Grosse Cloche hace honor a su nombre: ¡es una campana de unos 7 800 kg! Esta «pequeñina» fue fundida en 1775 y está acompañada por el león de oro (símbolo de Inglaterra), que corona el campanario. Hoy en día, el campanario es lo único que queda de la antigua puerta defensiva del siglo XIII. 

Niños que corretean, risas que resuenan en las terrazas, enamorados abrazados en un banco, músicos callejeros cantando... En la place Fernand Lafargue reina un ambiente alegre y distendido. Es difícil imaginar que hace unos siglos una picota hacía reinar el terror en esta plaza. Este escenario de torturas fue más tarde el lugar donde comprar todo tipo de alimentos, y los puestos de pescado, carne y otros productos terminaron por sustituir la picota para las ejecuciones.  Desde entonces, la plaza ha crecido hasta convertirse en una de las más populares de la ciudad. 

Después de visitar a su prima, la puerta Dijeaux, te invitamos a llamar a la puerta de la bonita Cailhau. Construida entre 1493 y 1496, en su época fue la entrada principal a la ciudad por el lado del río Garona. También era conocida como la «Puerta del Palacio» y cumplía la función de puerta defensiva y arco del triunfo en honor al rey Carlos VIII de Francia. Todavía se puede ver un nicho con la figura del rey. Declarada monumento histórico en 1883, actualmente los visitantes que quieran conocer más sobre su historia pueden descubrir su interior.

Aunque la iglesia de Saint-Pierre se encuentra hoy en día en el corazón del laberinto de callejuelas del casco antiguo de Burdeos, antaño el templo estaba prácticamente en el agua. Construido en los siglos XIV y XV a un paso del río Devèze y a pocos metros de la confluencia con el Garona, el templo fue hace mucho tiempo una iglesia de puerto. Reconstruida a partir de 1358 y remodelada en 1882, fue consagrada en 1908 cuando fue declarada monumento histórico de la UNESCO.

¡Burdeos podría contarse a través de sus numerosas plazas! La del Parlamento te hará viajar hasta Italia por su arquitectura. Creada en 1754 en el barrio de Saint Pierre, la plaza está enmarcada por magníficas fachadas de la primera mitad del siglo XVIII. En el centro se añadió una fuente de estilo neogótico inglés en 1865. Así como sus hermanas, esta plaza ha vivido varias vidas. Fue creada con el nombre de plaza del Mercado Real, durante la Revolución la llamaron plaza de la Libertad y, más tarde, plaza del Parlamento para rendir homenaje a dicha institución, suprimida en 1790. Desde 1952 está inscrita como monumento histórico.

Aquí podríamos pensar que hemos regresado al Siglo de las Luces. Si cierras los ojos, casi puedes oír el sonido de los carruajes sobre los adoquines. ¡Bienvenido a la plaza más famosa de Burdeos! Construida entre 1730 y 1755, la place de la Bourse recibía antaño el nombre de plaza Royale. Los lujosos edificios de esta plaza, situada frente al Garona, se reflejan en el agua del Espejo. Fue la primera plaza abierta de Europa y alberga el Palais de la Bourse (actual cámara de comercio), el Hôtel des Douanes y, en el centro, la fuente de las Tres Gracias (1869). 

¡No hace falta preguntarle para saber quién es el espejo de agua más grande del mundo! Con sus 3 450 m² y su depósito subterráneo de 800 m³, el espejo de agua de Burdeos ocupa el primer puesto de la lista. Inaugurado en 2006, es uno de los elementos clave del acondicionamiento de los muelles, comenzado por Alain Juppé. Con sus vistas al Garona y a la place de la Bourse, este espejo es indudablemente uno de los más bonitos y famosos de Francia. Desde su creación se ha convertido en uno de los símbolos y lugares de encuentro preferidos de bordeleses y visitantes.