El Grand Teatro

Burdeos tiene en su corazón un maravilloso monumento de elegancia. El Gran Teatro ha estado brillando por más de tres siglos y encanta a todos sus visitantes.
Junto con las óperas de Versalles y Turín, ¡el Gran Teatro es uno de los más bellos teatros del siglo 18 en el mundo!

EL EMBLEMA DE BURDEOS

De todos los edificios públicos de Burdeos, el Gran Teatro es sin duda el más conocido y apreciado. Se encuentra en el sitio del antiguo templo de los Piliers de Tutelle que bordeaba el antiguo foro galo-romano.

Su construcción fue necesaria tras la destrucción en 1755 de un teatro situado en las dependencias del antiguo ayuntamiento, cerca de la Grosse Cloche.

El arquitecto François Lhote, asistido por Soufflot, había propuesto un proyecto que no fue retenido, aunque tenía la aprobación de los jurados de Burdeos. Fue finalmente el mariscal de Richelieu, gobernador de la provincia de Guyenne, quien lo impuso al arquitecto parisino Victor Louis (1731-1800). Para cubrir los gastos de la obra, el terreno del glaciar sur de Château Trompette fue vendido apresuradamente. La construcción del nuevo auditorio llevó más de cinco años y después de muchas vicisitudes se inauguró en 1780 con Athalie de Racine.

El edificio rectangular se abre al oeste en la plaza de la Comédie con un peristilo de doce columnas corintias que sostienen un entablamento y una balaustrada decorada con doce estatuas (las nueve musas y tres diosas). Cuando se creó, el peristilo daba una vista completa de la plaza. No fue hasta mediados del siglo XIX que se decidió bajar el nivel para facilitar la circulación de los carros de caballos.

Grand Théâtre - Plan-relief©Steve Le Clech Photos — Grand Théâtre - Plan-relief © Steve Le Clech Photos

UNO DE LOS TEATROS MÁS ANTIGUOS DE EUROPA

El auditorio tiene una cúpula circular cuyo techo, pintado al fresco por Claude Robin en el siglo XVIII, fue restaurado por François Roganeau en 1919. Su estructura se compone esencialmente de partes de madera que aseguran una acústica perfecta. La armonía de los colores azul, blanco y oro (colores de la Realeza) recuerda los colores de la ópera del Palacio de Versalles, construido unos años antes por Jacques Gabriel.

Una actuación arquitectónica nunca antes vista, Victor Louis imaginó un ingenioso dispositivo oblicuo reforzado por un tirante de metal en las esquinas del peristilo para mantenerlos en su lugar.

Este auditorio acogió a la Asamblea Nacional durante los momentos más trágicos de la historia de Francia, en particular en 1871.