El Jardine Público
Y si el alma de Burdeos residiera en unos jardines extraordinarios... Imagina… Un lugar situado en el corazón de la ciudad, pero en pleno campo.
Y si el alma de Burdeos residiera en unos jardines extraordinarios...
Imagina… Un lugar situado en el corazón de la ciudad, pero en pleno campo. Un lugar donde la piedra ocre de Burdeos combina la armonía de su arquitectura del siglo XVIII con la indolencia de un arrollo rodeado de árboles centenarios. Un lugar donde paseantes, corredores, niños y abuelos cohabitan con cisnes y patos en la más absoluta armonía.
Nuestros Jardines públicos son ese lugar. Han acompañado la vida de todos los bordeleses desde su creación en 1746. Auténtico pulmón verde en el centro de la ciudad, sus 11 hectáreas de oxígeno acogen numerosos espacios de juegos y zonas para niños, además del famoso teatro de marionetas Guignol Guérin.
Rodeado de una sucesión de casas señoriales, donde encontramos el Museo de Historia Natural, un antiguo Jardín Botánico y un bar-restaurante muy agradable, L’Orangerie.
Los Jardines públicos cuentan con la distinción de « Jardin Remarquable de France » que premia a los jardines más destacados del país.
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EL GUIGNOL GUÉRIN ES EL TEATRO DE TÍTERES MÁS ANTIGUO DE FRANCIA
En la familia Guérin, la tradición del verdadero Guiñol de Lyon se perpetúa de padre a hijo desde 1853. Este repertorio basado en la vida cotidiana es tanto para los niños como para los padres.
Canuto impertinente con su sombrero plano y su trenza, no hay que creer que Guiñol se inventó para los niños. Era una especie de noticiero en esa época. Guiñol se convirtió en un espectáculo familiar mucho más tarde. Con su teatrillo de terciopelo rojo, las marionetas, hechas de tilo o cerezo, son decoradas y luego vestidas con sus trajes.
Las generaciones anteriores solían dar espectáculos en los transatlánticos, actuando todo el camino hasta Río. Hoy, el Guignol Guérin actúa en el Jardín público y el Parc Bordelais. Los niños ríen, gritan y aplauden: ¡Guiñol es eterno!