Imposible permanecer en Burdeos sin probar la especialidad dulce que ha deleitado a todos los gastrónomos durante varios siglos: el cannelé (a veces escrito canelé). Este pequeño pastel con una capa crujiente y un corazón blando está hecho con una masa de harina, leche, huevo, azúcar y mantequilla, aromatizada con ron y vainilla. Lo encontrarás en casi todas las panaderías y pastelerías de la ciudad. ¡Asegúrate de elegir los más dorados!
Otro dulce muy presente en Burdeos: el macaron. No se trata de una invención estrictamente bordelesa, pero los pasteleros locales muestran innegablemente una gran habilidad en este campo. Ten en cuenta que si visitas la ciudad de Saint-Émilion durante tu estancia en Gironda, allí se elabora otro tipo de macarons, más tradicionales e igual de deliciosos que los de Burdeos.
Los amantes del chocolate también encontrarán su felicidad gracias a muchos artesanos locales. Para asegurarse de la calidad de estos dulces, comprueba que estén hechos en el lugar (o en un taller de la región) y que la tienda no se limite a revenderlos. No dudes en probar las famosas Dunes blanches de Cap-Ferret, los Sarments y Noisettines del Medoc, las Pralines de Blaye o los deliciosos Croquants de l'Estuaire.